viernes, 4 de septiembre de 2009

SEMINARIO DE TEORÍA LITERARIA II

A los integrantes del Seminario:

Razones de fuerza mayor impidieron que estuviera el jueves para concluir el debate sobre el texto de M.V.Ll. A pesar de que informé con tiempo para que les avisaran, hubo una dificultad y no fueron comunicados. Mil disculpas.
Estaba programado un control de lectura para la segunda parte de la sesión, punto que tampoco les fue informado. Por tal motivo, tienen hasta el domingo 6 para hacer una crítica a un aspecto de la lectura (mínimo media página, máximo una), remitirla al aula virtual o enviarla como comentario en este blog. El martes retomamos las clases con normalidad.

Gracias por su comprensión.

8 comentarios:

Leonardo dijo...

Alumno: Cárdenas Luque, Leonardo (08030002)

Crítica: «Breve discurso sobre la cultura»

Sin duda, definir el término «cultura» es tarea difícil (o imposible) si uno no desea establecerse dentro de una ideología que determine de antemano sus conceptos. En este sentido, la idea de élite que propone Vargas Llosa, se inscribe dentro del pensamiento de Leavis, proponiendo que el fenómeno de la cultura popular no responde ya a las reglas del arte, de manera que no se la puede catalogar de esta forma y se inscribe más bien en la posición de antítesis del arte. Esto se infiere de su manera de llamar incultura a la cultura popular, usando ejemplos que la desacreditan, como la cultura de la pedofilia o de la marihuana. Qué curioso agrupar en el mismo conjunto la cultura popular y las dos antes mencionadas… ¿no será una coincidencia?

También increpa que se pueda llamar culto a todo el mundo sin haber visitado antes un museo, asistido a un concierto de música clásica o leído un libro, dice que son: «… nociones básicas de los conocimientos humanísticos, científicos y tecnológicos del mundo en que vivimos». Queda entonces en el aire la pregunta de qué nombre ponerle al conocimiento de una civilización antigua, que utiliza las plantas medicinales, revelando un conocimiento químico, si bien intuitivo, almacenado en el acervo de una (¿cultura?) tradición.

Quedamos de acuerdo en que prácticas como la pedofilia no son cultura, y que el término se ha prostituido para designar casi cualquier cosa, pero no se puede por esto desterrar de la cultura, las prácticas tradicionales y artísticas de los grupos humanos que no comparten nuestra cosmovisión: ¿qué diferencia al arte de la artesanía, señor Vargas Llosa? ¿No merece un huayno la consideración de una sinfonía? Pensémoslo detenidamente: tal vez todo es un juego retórico.

aninimo dijo...

Humanismo y crítica democrática, Edward W. Said.

Para Said, el humanismo siempre fue un concepto dialéctico, generador de oposiciones. Es necesario ser crítico del humanismo para ser digno de considerarse humanista. Said quiere vivificar el humanismo vinculando el trabajo de los académicos con la crítica, y con el momento de elección, de tomar partido, de opinar. Said sabe muy bien que la democracia es un término vacío; que el lenguaje de la democracia no debe quedar en manos de ideólogos sino ser recuperado para las relaciones humanas e inculcar de significado práctico. El humanismo es lo que da al crítico algo que decir. La crítica es lo que da al humanista un motivo y una obligación de decir algo. Y la democracia es el espacio donde se unen el saber y la opinión, el aprendizaje.

Las palabras y las cosas, Michel Foucault.

Foucault disecciona el interior del hombre, establece para su estudio global una fuerte y marcada división: el hombre antes del siglo XVII y después del XVIII, o nada antes y el hombre a partir de dicho siglo. Puesto que en el pensamiento clásico, Foucault presenta a un ser opacado por las ciencias existentes, influenciado por la Edad Media.
Para Foucault el lenguaje es fundamental, nos dice que los mundos nos hablan y que los ordenamientos del lenguaje será el ordenamiento del mundo.

Normas para el parque humano, Peter Sloterdijk.

El humanismo es telecomunicación fundadora de amistades que se realiza en el medio del lenguaje escrito. Desde que existe como género literario. La apropiación romana del texto lo hizo por primera vez accesible para todo el imperio e indirectamente también para las culturas europeas posteriores. Una regla de la cultura literaria es que los emisores no pueden prever a sus receptores reales.
El humanismo, tanto en el fondo como en la forma, tiene siempre un “contra qué“, pues supone el compromiso de rescatar a los hombres de la barbarie. El tema latente del humanismo es la domesticación del hombre. Heidegger eleva el ser a la categoría de autor exclusivo y único de todas las cartas esenciales, y a sí mismo se designa como su actual escribano.

Luciana Parodi Spelli
08030344.

Unknown dijo...

Alumno: Gabriel Toro Cruz (04030009)

Tan solo escribo para comunicarle que le envie mi opinion al correo del aula virtual me gustaria saber si llego satisfactoriamente

Barbara Patricia dijo...

El autor plantea un reordenamiento, una regresión al tradicional significado de cultura, es por ello la mención de lo que hacia implicar éste termino en diferentes épocas de la historia. Incluso me parece bastante adecuada la comparación de los actuales significados que se hacen entre belleza y cultura, ya que con ambas ha ocurrido la expansión de la que se habla en la lectura. Esta expansión es considerada un hecho lamentable, porque hace pensar en la casi muerte del verdadero significado de cultura originada por ese miedo a elitizar, al racismo y desprecio por parte de los altos estratos que manejaban el conocimiento; lo cual se quiso eliminar haciendo intervenir a éste problema político dentro de la redefinición de cultura, “que ahora todo lo es”, solo porque tal vez se relacionó las diferenciaciones entre cultos e incultos con la anterior situación que más tenia que ver, además que con la política, con la sociología y antropología. En pocas palabras, esta redefinición nunca debió existir.

Anónimo dijo...

Sobre "Breve discurso sobre la cultura"

En este alcance de las preocupaciones de Mario Vargas Llosa sobre la cultura no sólo se deja entrever sus indiscutibles convicciones y tendencias sino que juega con un discurso en el que intenta defender la diversidad cultural afianzándoles sus diferencias. Con esta propuesta, Vargas Llosa contradice el discurso manido de la cultura occidental, la cual manifiesta por entero su principio de homogenización cultural, de globalización.

Rodrigo Montoya defiende el principio de heterogeneidad, el cual respeta el idioma, las cosmovisiones e ideologías de cada cultura. Mientras que la homogenización, además de partir de la iniciativa de una sola cultura (que vendría a ser la superior al imponer este “método”), pretende desprender de sus rasgos únicos a las culturas que se encuentran limitadas de una revaloración.

Cuando se contrasta los sustentos de Montoya con los fundamentos de Vargas Llosa se distingue entre ellos una distancia abismal con respecto al interés de proponer una solución. Vargas Llosa defiende la diferencia cultural deslizando en su discurso la propuesta del nombramiento y la calificación, lógica y positiva, de las culturas inferiores y superiores, las buenas y malas, encumbrándolas características de unos por sobre los otros. Además, de su pronunciada inclinación y defensa de la cultura “superior”, Vargas Llosa descalifica a la cultura actual y la mutua incorporación de la cultura popular y la cultura oficial. Por otro lado, Montoya se inclina hacia el respeto y la valoración de las culturas independientemente de otras rompiendo la afirmación tantas veces tocada de la pluriculturalidad para apoyarse en la interculturalidad. Es claro entonces que la propuesta cultural de Vargas Llosa obedece a sus intereses elitistas y excluyentes que se traslucen en este breve discurso sobre su cultura.

Porras Vila, Luis Bernabe
08030133

Isabel dijo...

En su discurso, Vargas LLosa dice que los limites de la incultura y la cultura han ido desapareciendo a tal punto de que el panorama se ha vuelto confuso pues el mismo concepto de cultura se ha anulado. Sin embargo creo que Vargas Llosa es muy negativo al analizar está situación, como si no hubiese ninguna posibilidad de solución, como si el humanismo dependieda necesariamente de las élites.En ese sentido, me parece interesante la planteamiento de Said pues él considera que el humanismo sí puede llegar a ser democrático, pero para ello debe desarrollar una conciencia mucho más abierta al mundo, que admita a todas las clases sociales. Esto significa realizar una autocritica que se inicia en la universidad. Êsta que durante mucho tiempo ha sido más discriminadora y occidentalista que intelectualista.Como dice Said: "El humanismo es el ejercio de las propias facultades mediante el lenguaje con el fin de comprender, reinterpretar y lidiar con los productos del lenguaje a lo largo de la historia, de otros lenguajes y de otras historias." El humanismo no es pues una suerte de discurso monólogo de la cultura oocidental, sus fundamentos teóricos se basan en la universalidad y la democracia, eso es algo en que se debería comprender para desterrar esa idea de que el humanismo solo es posible con la autoridad de las élites.

Coincido con Vargas Llosa cuando destaca la importancia del humanismo como instrumento regulador del saber que imponga límites al desmesurado avance tecnológico, sin principios éticos. Y es que a partir de la critica del arte y la literatura se cuestiona al sistema y a sus consecuencias, constituyendose como un espacio de reflexión para las personas. Por eso se insiste en que el humanismo debe dejar su hermetismo. El antihumanismo no intenta comprender a la humanidad, por el contrario,propone la autocomprensión,la autorealización y eso se hace que cometen el mismo error que se adjuricaba al humanismo: no ser universalista.

Finalmente, creo también que el humanismo debe reformularse en vistas al panorama "antihumanista", empezando por encontrar otros instrumentos de comunicación que le permitan mayor alcance, teniendo en cuenta que la difusión ahora se basa en lo audiovisual y lo tecnológico. Por eso debe ampliar su eje que se limita solo a la escritura y la lectura y incorporarse también al espacio virtual o recurriendo tal vez a la oralidad en el discurso, pues los tiempos actuales exigen un acercamiento más directo y abierto.

Chumbimune Saravia Daisy Isabel06030073

Carminia dijo...

Crítica: “Todo escolar sabe…” Gregory Bateson
Castillo Aguilar, Carminia - 06030074
Envío aquí mi comentario, ya que inútilmente he intentado iniciar sesión en el aula virtual.

Respecto al último texto leído, “Todo escolar sabe..”, surgió en clase un punto que impuso su importancia sobre el eje temático del texto (del capítulo 2 como del libro). La frase a la que me refiero es “pauta que conecta”, que para lograr comprender la intención comunicativa de Bateson, es necesario definir qué entiende él por ‘pauta’ y por ‘conectar’.

Las pautas son precisamente esos conocimientos llamados previos o básicos, sobre los cuales el hombre se forma. A partir de lo que, se supone, éste debería emprender un arduo camino de correcta educación. Entendiendo a ‘correcta educación’ como un conjunto de mecanismos (observar, reflexionar, refutar, actualizarse, investigar, interactuar, etc.) que fortalezcan el pensamiento o espíritu. Mientras que conectar se refiere a relacionar o, más convenientemente, a interactuar. Pero téngase claro lo siguiente: conectar no dista de la pauta, pues ésta implica a aquélla. Esto es, nosotros relacionamos y nos relacionamos según las pautas bajo las que hemos sido adiestrados. Lo que, en ese sentido, deberíamos desarrollar, consecuentemente, otros dos procesos infaltables: capacidad de diferenciar y la adquisición de información. Todo sobre un contexto o contextos o, a su vez, relaciones de contextos.

En términos puntuales, Bateson nos estaría diciendo que ‘pauta’ equivale a presupuesto, al igual que ‘conectar’ equivale a interactuar. De aquí que “pauta que conecta” se entiende como aquellos presupuestos (16 señalados por el autor) que van a permitir la correcta interacción, o sea, la correcta orientación del espíritu. Pues el espíritu se desenvolvería dentro de una red de relaciones (enroladas su vez con otras redes de relaciones), desplazándose al mismo tiempo sobre contextos, dado que su observación y reflexión van más allá de un único punto.

Se mencionó ‘espíritu’, lo que para Bateson resulta ser la mente. La que nos va a permitir efectuar el proceso de presupuestos hacia interacción mediante mecanismos de pensamiento: incorporación, reflexión y comprensión (¿de qué? De tales pautas o presupuestos).

Sin embargo, el problema surge al comportarnos siempre bajo las mismas pautas, tanto o más que cosas mecánicas. Abstrayendo lo que se nos enseña como hechos inobjetables, por ende absolutos. El hecho más preciso, universal y necesario, considero, al que Bateson asumió como deber para referirse y en base al cual discute su preocupación es el de la incorrecta percepción (“confusión”) de la ciencia, específicamente ante los presupuestos científicos dentro del campo de la educación. Es decir, los estudiantes, a falta de una explícita enunciación, están (estamos) adquiriendo las pautas científicas como verdades totales; encerrándose en ellas cuando el universo, el contexto (o contextos), la naturaleza, o como quiera llamárselo, es mucho más complejo y amplio que los preceptos que la ciencia plantea y a los que se limita.

Bárbara Jara Casas dijo...

Bárbara Patricia Jara Casas/ 07030229/Teoría Literaria II/

“La problemática de las humanidades y la hermenéutica” de Enrique Moralejo: Mi opinión es que el autor esta lanzando una crítica de las ciencias naturales a través de la lectura, esto se evidencia cuando menciona los errores del pensamiento moderno. De alguna manera esta planteando a las humanidades como un tipo de ciencia más “completa” que las naturales, puesto que admite una interpretación del hombre no solamente por partes como lo hace la Ilustración con el predominio del espíritu analítico, sino que toma éstas con relación al todo. Esto implica que las ciencias naturales tienen un margen de error mucho mayor que el de las humanidades. Además menciona al lenguaje como mediador y relacionador de conocimientos en diferentes disciplinas humanísticas a diferencia de otros autores como Dascal. Este por el contrario realiza toda una problemática del lenguaje con respecto al conocimiento, dificultad que fue muy mentada en el siglo XVII aproximadamente, lo que él propone es un lenguaje puro en su totalidad, tan puro que sea capaz de transmitir el conocimiento sin incluir “subjetividad”, es decir, sin la percepción del que esta hablando. Esto es bastante absurdo, ya que se debe reconocer el papel imprescindible y fundamental del lenguaje, sin él nada seria transmitible de ningún modo posible.