lunes, 7 de septiembre de 2009

Crítica a "Breve discurso sobre la cultura"

Crítica de la lectura: Breve discurso sobre la cultura
Gabriel Toro Cruz
04030009

El concepto de cultura, tradicionalmente, pertenece al Occidente. Cuando se pretendió que abarque a otras sociedades -no occidentales- surgieron las complicaciones, en cuanto el empleo adecuado de un concepto situado en otro contexto, tanto de tiempo, como de espacio. Pero, ¿acaso ello es una idea descabellada? Para nada, si bien es cierto hay diferencias entre las distintas civilizaciones, lo cual hace desacertado hacerlas equivalentes, si es pertinente considerarlas a todas en la definición de cultura, porque todas ellas son análogas en cuanto se trata de humanidades. Entonces, los antropólogos no estuvieron tan equivocados al proponer como cultura a "todo lo que identifica a un pueblo", porque los pueblos están conformados por seres humanos y son el estrato social que predomina más en una civilización. Lo que deriva en "cultura popular", propuesta de los sociólogos. Pero la intención de los sociólogos que termina por darle un carácter pintoresco a la idea de cultura, en definitiva, atenta contra el concepto tradicional de cultura y, por ello, pone en cuestionamiento esta iniciativa. Razón por la cual Mario Vargas Llosa califica que se ha "depravado" el concepto de cultura.

Pero, ahora detallemos más del carácter tradicional de la cultura. Este se emparenta perfectamente con noción de T. S. Eliot: "cultura es todo aquello que hace de la vida algo digno de ser vivido". Antes la cultura servía para mantener la comunicación y para orientar a los seres humanos, como dice el escritor peruano: "al hombre culto la cultura le servía para establecer jerarquías y preferencias en el campo del saber y de los valores estéticos". Este carácter humanista es el que se desea rescatar y preservar.

T. S. Eliot, nuevamente, aporta en el concepto de cultura, dice: "es algo que antecede y sostiene al conocimiento, una actitud espiritual y una cierta sensibilidad que orienta y le imprime una funcionalidad precisa, algo así como un designio moral". Esta cualidad de la sensibilidad sustentada por las artes y las letras, a través de sus valores estéticos, con la finalidad de educar en lo moral, desarrollan el aspecto cultural en una sociedad.

Entonces, habría que determinar las dos acepciones de cultura que prevalecen o en todo caso inventar una nueva palabra para alguna de ellas. Cultura como realización del individuo en el campo estético y moral para orientar sus conocimientos para el bienestar de la humanidad y; por otra parte, cultura como la identidad de un pueblo. No se puede negar el carácter globalizador y humanista en ambas, pero, sin duda alguna, las finalidades son distintas. La primera apunta a la felicidad de los humanos en su existencia y; la segunda, al reconocimiento de las sociedades por lo que las representa inherentemente.

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